El jueves 30 de octubre de 2025, a las 19:00 horas, el Club Atlético Lanús recibirá en su casa al Club de Fútbol Universidad de Chile en el Estadio Ciudad de Lanús – Néstor Díaz Pérez, en Remedios de Escalada, Buenos Aires, por la vuelta de la semifinal de la Copa Sudamericana 2025Estadio Ciudad de Lanús – Néstor Díaz Pérez. El empate 2-2 en la ida, disputada bajo sanción de puertas cerradas en Santiago, dejó el encuentro abierto, pero con un clima de tensión que va mucho más allá del marcador. No es solo fútbol. Es venganza, historia y un técnico argentino que vuelve a enfrentar a su antiguo equipo.
La sanción de la CONMEBOL no fue casual. Antes del partido, hinchas de La U atacaron el micro del equipo argentino en las inmediaciones del estadio. Las imágenes circulaban por redes: puertas destrozadas, ventanas rotas, gritos de odio. La federación respondió con un cierre total del estadio. Nada de público. Nada de ruido. Nada de ambiente. Pero el ambiente, como se sabe, no se apaga con una orden. Se intensifica.
"No es un partido personal, es un partido de fútbol", dijo Pellegrino en la conferencia de prensa previa. Pero todos saben que es mentira. Su rostro se ilumina cuando habla de la cultura del club chileno. Su voz se vuelve más grave cuando recuerda cómo lo trataron en su salida. Y ahora, en su propia cancha, frente a 47.002 personas, tiene la oportunidad de vencer a quienes lo miraron como un traidor.
"Somos el Romántico Viajero. No tenemos casa, pero tenemos corazón", dijo Aránguiz después del empate. Y es cierto. El equipo no tiene estabilidad, pero tiene hambre. Si logran ganar en Lanús, se convertirán en el primer club chileno en llegar a dos finales de la Copa Sudamericana. El primero fue en 2011. El segundo, podría ser ahora. Pero necesitan un milagro. O una jugada de genio.
La CONMEBOL impuso la sanción tras incidentes graves en Santiago, donde hinchas del club chileno atacaron el micro del equipo de Lanús antes del partido de ida. La federación consideró que hubo violencia organizada contra un equipo visitante, lo que viola su código de conducta. La sanción incluyó también multas económicas y la obligación de jugar los próximos partidos de local sin público hasta nuevo aviso.
Lanús ha ganado una copa internacional: la Copa Sudamericana 2013, cuando derrotó a River Plate en la final. Desde entonces, ha tenido varias participaciones, pero nunca llegó a una final hasta ahora. En 2017, cayó en semifinales ante el Independiente. Este 2025 es su mejor oportunidad desde hace una década, y el estadio espera llenarse como nunca antes.
La U fue campeón de la Copa Sudamericana en 2011, su único título internacional hasta ahora. Desde entonces, ha vivido un declive deportivo y financiero. Llegar a una final nuevamente significaría un resurgimiento simbólico para un club que ha perdido identidad. Sería el primer chileno en llegar a dos finales de la competencia, y eso podría reactivar el interés nacional en el fútbol continental.
Un título con Lanús lo consolidaría como uno de los mejores técnicos argentinos de la última década. Hasta ahora, su carrera ha sido sólida pero sin grandes trofeos. Ganar una copa internacional lo situaría en el mismo nivel de Sampaoli, Bielsa o Gallardo. Además, lo haría atractivo para clubes de Europa o la Selección Argentina, que lo han considerado en varias oportunidades.
Si el resultado final es empate en el marcador global, se jugarán 30 minutos de tiempo extra. Si persiste el empate, se definirá por penales. No hay regla del gol de visitante en la Sudamericana 2025. La CONMEBOL eliminó esa norma en 2022. Por eso, cada gol cuenta por igual. Y cada minuto puede ser el último.
Analistas de Brasil, Argentina y Chile coinciden en que Lanús tiene ventaja por el localismo, pero Universidad de Chile tiene más experiencia en partidos de eliminación directa. El equipo chileno ha ganado sus tres eliminatorias en el último minuto. Algunos pronostican 2-1 para Lanús, otros un empate 1-1 que llevaría a los penales. Lo único seguro: el partido será intenso, emocional, y recordado por mucho tiempo.